El compromiso de CIDSE por el proceso de paz en Colombia - CIDSE

El compromiso de CIDSE por el proceso de paz en Colombia

Hoy, 24 noviembre, nosotros, el Grupo de Trabajo de Caritas Colombia y CIDSE, una alianza internacional de agencias de desarrollo católicas, conmemoramos el primer aniversario del acuerdo que puso fin al conflicto armado entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP, un paso fundamental. hacia la construcción de la paz y la reconciliación en la sociedad colombiana.

Un año después de la firma del acuerdo de Teatro Colón entre las FARC y el gobierno colombiano, el Grupo de Trabajo Caritas Colombia, compuesto por organizaciones 10 Caritas de la Iglesia Católica en Europa y América del Norte, junto con la alianza CIDSE de 18 en Europa y América del Norte. Las organizaciones benéficas católicas de desarrollo, observa con satisfacción los altos niveles de implementación de objetivos tales como un alto el fuego, el abandono de armas (según la ONU, se han entregado las armas 8,994), el establecimiento de un mecanismo de monitoreo y la creación de instituciones y marcos legales para guiar la implementación.

Sin embargo, notamos que existen grandes desafíos para establecer garantías de seguridad y protección (especialmente en áreas anteriormente ocupadas por las FARC donde otros actores armados ahora están presentes), paz territorial, procesamiento de prioridades normativas, legislativas y administrativas como la Jurisdicción Especial de Paz ( JEP), circunscripciones especiales de paz temporales (CEP) y reintegración de excombatientes a la vida civil. Estos problemas tienen un impacto directo en la construcción de la paz y la reconciliación en las regiones y la vida comunitaria.

Por otro lado, la confianza en el proceso se ve socavada por el alto nivel de riesgo que enfrentan los líderes sociales que trabajan para fortalecer sus comunidades y se dedican a hacer posible la participación democrática en los diversos procesos en curso en el país.
En el transcurso de este primer año de implementación, los líderes sociales de 61 han sido asesinados, principalmente en áreas rurales y líderes de comunidades étnicas. Entre enero y mayo 2017, las personas 7,400 fueron desplazadas por la violencia. Hacemos un llamado a todos los sectores de la sociedad colombiana para promover la protección y garantizar la vida de los líderes, y para respetar y valorar su contribución a la construcción de una visión compartida de países y regiones que favorezca la reconciliación de todos los colombianos. La reconciliación es el camino a seguir, y la vida debe estar protegida en todas las circunstancias. Las garantías para las comunidades son la ruta para garantizar la sostenibilidad de los procesos de construcción de la paz en Colombia.

Para la consolidación de una paz permanente y duradera, el Estado debe estar totalmente presente en las regiones para que pueda implementar los acuerdos de paz y garantizar que los derechos humanos sean respetados a nivel comunitario como condición para la convivencia y la reconciliación. La presencia integral del Estado en las regiones evitará la aparición de nuevas formas de violencia, como el crimen organizado.

En su reciente asamblea, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia señaló que el Papa nos alienta a avanzar en el largo camino hacia la reconciliación fortaleciendo un sentido de encuentro a través de la verdad y la misericordia y una atmósfera de justicia y paz. En este escenario a largo plazo, alentamos a la sociedad colombiana a no renunciar a insistir en la necesidad de que la verdad sobre los eventos del conflicto armado sea conocida y recibida con misericordia. Esto no traiciona la memoria, sino que la transforma en una fuerza que asegura que la historia no se repetirá. Al mismo tiempo, la consolidación de un marco de justicia restaurativa allana el camino hacia la reconciliación, restaurando la dignidad de las víctimas y permitiendo que los agresores contribuyan de manera constructiva a la reparación del tejido social y al proyecto de una nación común. “La búsqueda de la paz es una tarea que exige que no nos cansemos en nuestros esfuerzos por construir la unidad nacional, y a pesar de los obstáculos, las diferencias y los diferentes puntos de vista sobre cómo lograr una coexistencia pacífica, persistimos en nuestros esfuerzos para crear una cultura de encuentro que sitúa a la persona humana en el centro de toda actividad política, social y económica. "(Papa Francisco, 7, septiembre 2017)

Como miembros de la comunidad internacional y el grupo de trabajo de Colombia, confirmamos nuestro apoyo a un proceso de construcción de paz en Colombia que coloca a las víctimas en el centro y se esfuerza por un desarrollo humano integral enraizado en el respeto de los derechos humanos.

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